Guía de viaje Radoviš (Радовиш)

Turistas con prisa: abstenerse. Radoviš tiene unos parajes naturales preciosos, con el pequeño macizo de Plačkovica al norte, donde nace el río Strumica, y el lago artificial de Mantovo al suroeste. Pero en realidad no tiene lugares interesantes que visitar, aparte de la iglesia del monasterio de Konče, del siglo XIV, al sur. El centro de la ciudad, donde desemboca el río Radoviška (que se une al Strumica, 6 km al sureste), tampoco es muy emocionante. Desde la Edad Media, Radoviš vive de la explotación de yacimientos de cobre y oro. La gran explotación a cielo abierto de Bučim, a 16 km al noroeste, sigue siendo el mayor empleador de la región (650 trabajadores). Pero si se toma su tiempo, podrá dar agradables paseos, descubrir a uno de los últimos alfareros del país, degustar algunas especialidades locales, en particular la sorprendente sal negra con semillas de adormidera, e intentar descubrir los secretos del arte macedonio de la "convivencia". Porque aunque la región se vio sacudida por importantes revueltas contra los otomanos en el siglo XIX, las comunidades eslava y turca viven aquí en cierta armonía.