Restaurante-crêperie que ofrece galettes en Luc-sur-Mer.
Siempre es uno de los incondicionales de esta pequeña crepería que propone "guijarros de otro tipo"… en una decoración sobria de tortas ligeras y crujientes, cocidas en el "billig". La originalidad es que la mayoría de las tortas no están retiradas, sirven de base para los ingredientes, como pizza. Resultado, a la delicadeza de la cosa (un auténtico encaje en boca, nunca pesado) se añade una variedad de productos cuidadosamente elegidos como afinidades: anguila, vieiras, magret, jamón de país, foie gras y manzana, por citar sólo estos. Las tortas (sí, no crepes) azucaradas, cocidas por los dos lados para el crujiente, son verdaderas matanzas, sobre todo manchas de caramelo de mantequilla salada casera. En cuanto al helado, se presentan a la perfección como una paleta de pintor. Y si estás enfadado con los crepes, las ensaladas (ultra frescas y copiosas), las parrilladas o las pastas son una opción posible. Y para regar todo, Céline propone la sidra de la granja de Billy. ¡Un sin falta!
Nous nous sommes régalés.