PUERTO Y ANTIGUA CUENCA DE HONFLEUR
El Vieux Bassin es una de las piezas clave del famoso rompecabezas de Honfleur.
Construido en 1681 por Abraham Duquesne, uno de los grandes oficiales de la marina francesa del siglo XVII, por encargo de Jean-Baptiste Colbert, el Vieux Bassin es una de las piezas clave del famoso rompecabezas de Honfleur. Su imagen está grabada en el inconsciente colectivo. Alineado con pintorescas casas normandas, cada una más estrecha que la otra, la mayoría construidas en los siglos XVII y XVIII, el barrio no ha dejado de inspirar a pintores, fotógrafos y artistas de todo tipo. Claude Monet, Gustave Flaubert, Raoul Dufy y Eugène Boudin, entre otros, han dado la vuelta al mundo con los muelles de Honfleur. Las altas casas agrupadas en torno al Vieux Bassin, combinadas con la famosa luminosidad de los cielos normandos, forman un escenario que hace las delicias de fotógrafos y paseantes por igual. Algunas de las casas tienen ménsulas y muchas están revestidas de pizarra. Artesanos, pintores y galerías de arte siguen inmortalizando el viejo puerto, que permanece animado en todas las estaciones. Convertido en puerto deportivo de Honfleur, el Vieux Bassin cuenta con 80 amarres, 30 de ellos reservados a los visitantes. Al pie de la capitanía del puerto suelen estar amarrados viejos veleros, que confieren a la ciudad su típico carácter marítimo. La Capitanía del puerto, o Lieutenance, situada al final del Vieux Bassin, se llama así porque sirvió de residencia al lugarteniente del rey a partir del siglo XVII. En el muelle, no lejos de los antiguos almacenes de sal (donde se guardaba el bacalao, entre otras cosas), se alza la iglesia de Saint-Étienne, de los siglos XIV y XV. Honfleur, que ya era una ciudad importante durante la Guerra de los Cien Años, se convirtió en puerto militar bajo Luis XIV. Puerto de partida de la expedición de Samuel de Champlain que condujo a la fundación de Quebec en 1608, Honfleur fue una de las grandes cunas de la exploración de América. En aquella época, la flota pescaba bacalao hasta la desembocadura del San Lorenzo, no lejos de Quebec. Tras la pérdida de Terranova y Canadá en el siglo XVIII, las actividades marítimas se redujeron a la navegación costera. Hoy todavía se pueden ver marineros con sus botas de goma, riendo. Por último, ¡un consejo ingenioso! En los alrededores del Vieux Bassin abundan los bares y restaurantes, y suelen cobrar precios elevados. Si busca algo para picar o tomar una copa, ¡será mejor que se adentre en las callejuelas que rodean el Vieux Bassin!
A faire de nuit également, avec les éclairages, le rendu est différent
Un véritable coupd de coeur