Un restaurante cálido y sin complicaciones que ofrece platos que cambian cada día en Estrasburgo.
La simplicidad y la artesanía son las palabras clave en este amistoso establecimiento sin alboroto. Todos los días los platos varían: pollo, carne y pescado se sirven con una de las cuatro salsas de la casa - mafé (cacahuete), yassa (cebolla y lima), enoukbakba (tomate y pequeñas verduras) y soupoukandia (quimbombó), la más exótica - y un acompañamiento diferente. Puede que la presentación no parezca gran cosa, pero los sabores están ahí y el cambio de escenario es total, tanto más después de unos cócteles cuyo secreto tiene el establecimiento, cuando uno se deja llevar por el animado ritmo de la música senegalesa, que se ofrece en los conciertos de ciertas noches.
L ambiance est très sympa
Et on s est régalé :)
Было очень вкусно
Merci pour ce beau moment, à bientôt.