Guía de viaje Salamanca - Salamanca

Su propio nombre evoca imágenes del Siglo de Oro, la gloria de una España brillante y erudita. Cervantes, Calderón y Lope de Vega pasaron por los bancos de su universidad, una de las más prestigiosas de Europa. El destino de la ciudad está íntimamente ligado a una fecha: 1218, año en que el rey Alfonso IX fundó la Facultad de Estudios Generales. Luego está el tiempo anterior a 1218: primero como pequeña capital de una tribu celtíbera conquistada por el legendario Aníbal en el siglo III a.C., luego como importante cruce de caminos en la ruta de la plata explotada por los romanos -como demuestra el largo puente que salva el río Tormes a la entrada de la ciudad-. En 1085, los cristianos pusieron fin a la ocupación árabe, lanzando una campaña de repoblación acompañada de grandes obras. Pero, sobre todo, la ciudad debe su riqueza monumental al derroche de piedras doradas que cubrieron literalmente la ciudad a partir del siglo XIII, concretamente desde 1218. De hecho, el desarrollo urbano de la ciudad siguió de cerca su auge universitario. En el siglo XVI, en su apogeo, los estudiantes de todo el reino, así como de Lyon, Nápoles y Lisboa, representaban un tercio de los habitantes de la ciudad. La nueva catedral, la universidad y los conventos de San Esteban y de las Dueñas se construyeron bajo la égida del floreciente estilo salmantino. Dos siglos más tarde, la Plaza Mayor fue consagrada como la más bella de España. Adornada con todas sus galas, Salamanca acoge cada año a unos 25.000 estudiantes, además de turistas, y es uno de los principales destinos para cursos de idiomas, gracias a su escala humana, su elegancia y su savoir-vivre español.