CASA DE LOS CORONELES

Tanto por su historia como por su imponente tamaño, es uno de los monumentos emblemáticos de las Islas Canarias. Construida en 1650 por los descendientes de Jean de Béthencourt, la "casa de los coroneles" fue la residencia de los gobernadores militares de la isla en la época en que La Oliva era la capital administrativa de la isla de Fuerteventura. Este largo edificio rectangular es reconocible por sus cuatro pequeñas torres almenadas, su gran portal y sus balcones de madera tallada. Al pie de las colinas secas al sur del pueblo, parece una hacienda mexicana. Sobre la puerta principal, se puede ver el escudo de armas de la familia Cabrere Béthencourt, que representa un árbol, una corona y una cabra. La leyenda popular describe este edificio como la casa con 365 ventanas, una aberración que podría explicarse por una expresión del campesinado local de la época, que era muy pobre en ese momento y que irónicamente comentaba este lujo indecente diciendo que la casa tenía "tantas ventanas como días tuviera el año". Los oficiales abusaron tanto de su poder para extorsionar a los campesinos que Madrid tuvo que disolver este gobierno en 1834 ante las múltiples y sangrientas rebeliones en los alrededores. La residencia alberga exposiciones temporales de arte, así como una colección de objetos relacionados con la historia de la isla. Junto a este edificio principal con paredes amarillas, se puede ver un anexo más rústico y en ruinas, y muros de piedra de corte bajo delimitan el recinto donde se criaban las cabras de los gobernantes.