ROTONDA DE SALÓNICA

Construido en el año 304 d.C., este edificio cilíndrico romano (Ροτόντα/Rotonda) es uno de los 15 monumentos de Salónica declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A menudo comparado con el Panteón de Roma, es sin embargo de dimensiones más modestas: 24,5 m de diámetro y una cúpula que alcanza los 29,8 m de altura, pero con muros de ladrillo de 6,3 m de grosor. Su función original sigue siendo desconocida. La Rotonda pudo construirse como templo dedicado a Zeus/Júpiter o, más probablemente, como mausoleo del emperador Galerio. El edificio está alineado con el Arco de Galerio y el palacio de Galerio. Sin embargo, su destino fue muy distinto. La Rotonda alberga los mosaicos de oro más antiguos del arte cristiano. También está flanqueada por el último minarete de la ciudad (35,85 m de altura). El edificio se transformó por primera vez en 326, por iniciativa del emperador Constantino, para convertirlo en lugar de culto cristiano: se construyó un altar en el lado este y todo el interior se decoró con mosaicos. Pero éstos desaparecieron bajo una capa de yeso cuando el edificio fue convertido en mezquita por los otomanos en 1591. Convertida en iglesia dedicada a San Jorge en 1912, la Rotonda estuvo a punto de derrumbarse durante el terremoto de 1978, como demuestran una gran hinchazón y grietas en la cúpula.

Símbolos y mártires. Desde el final de las obras de restauración en 2016, la Rotonda se ha convertido en un centro cultural... donde a veces se siguen celebrando ceremonias ortodoxas. En cualquier caso, el edificio ha recuperado algunos de sus brillantes mosaicos. En los arcos de seis grandes hornacinas, aparecen símbolos paleocristianos: cruces, pavos reales que evocan la Resurrección, peras y granadas sinónimo de abundancia en el Paraíso... En el remate de la cúpula, se ha perdido el retrato de Cristo Pantocrátor. Pero quedan cuatro arcángeles en los registros inferiores, y luego, en el lujoso decorado del Paraíso, quince santos con los brazos levantados en oración: Jorge de Lida, León y Paregorio de Patara, Onesíforo y Porfirio de Helesponto... Son santos que murieron mártires durante las persecuciones de Aureliano (270-275) y Diocleciano (303-313). Tómese su tiempo para admirar los detalles. Fíjate también en el ábside del altar, donde se conservó un gran fresco de la Ascensión pintado en el siglo ^IX. En la zona ajardinada, abierta al público, dé un paso atrás para contemplar la estructura exterior. Y dé un paseo para descubrir estelas otomanas, columnas romanas... ¡y gatos!