TEMPLO DE RAMSES III (MEDINA DE HABOU)
Este complejo monumental -el mayor después de Karnak- ocupa un lugar dedicado durante mucho tiempo al culto de Amón.
Lo que verá es sólo una parte de un complejo que incluía un palacio real, tiendas, edificios administrativos, edificios para los sacerdotes y un lago sagrado alimentado por un canal que permitía a los faraones llegar a sus pisos sin pisar tierra.
El conjunto formaba una ciudad, verdadera prolongación de Luxor en la otra orilla, que se extendía al suroeste del templo. El recinto de adobe, que data de Ramsés III, albergó una importante comunidad cristiana hasta principios del siglo IX. Esta comunidad construyó una iglesia en el segundo patio del Gran Templo, hoy desaparecida.
Se accede al complejo por una puerta monumental flanqueada por dos torres. Inmediatamente a la izquierda hay un pequeño templo que comprende dos capillas funerarias para los adoradores divinos de Amón. A la derecha, se encuentra el pequeño templo de Thutmes, cuya construcción se remonta a Amenhetep I por el santuario, y a Thutmes I, II y III por las seis cámaras de la parte posterior.
Pero es sobre todo el primer pilono del gran templo el que llama la atención, a pesar de la destrucción parcial de sus partes superiores. En su fachada se reconoce al rey, a quien Amón tiende una espada mientras se prepara para acabar con los prisioneros. El primer patio está bordeado por siete pilares osiríes que representan a Ramsés III. La pared izquierda, protegida por un pórtico, estaba flanqueada por un balcón desde el que el rey podía asistir a ceremonias y procesiones sin salir de su palacio.
Una rampa conduce al pie del segundo pilono, dando acceso al segundo patio. Tomando como modelo el Ramesseum, Ramsés III dio a su templo el aspecto macizo e imponente que era la gloria del templo de Ramsés II. Este patio está bordeado en sus cuatro lados por pórticos sostenidos por columnas. Hay muchos restos de pinturas exquisitamente coloreadas.
En elpilono de la derecha, de vuelta al primer patio, verás un montón de manos cortadas y también de sexos. ¡No bromeaban en aquellos tiempos!
La siguiente sala estaba sostenida por veinticuatro columnas, de las que sólo queda la base. Hace falta mucha imaginación para imaginarse el lugar en su estado original. El resto del templo se ha deteriorado mucho. En los laterales, varias salas destinadas a diversos usos presentan interesantes bajorrelieves.