SITIO ARQUEOLÓGICO DE CYPRUS SALAMINE

Este yacimiento de 5 ^km2 (Salamis Arkeolojik Sit Alanı, Αρχαιολογικός Χώρος της Σαλαμίνας/Archaiologikοs Chοros tis Salaminas) goza de un magnífico entorno natural junto al mar. Alberga los restos de Salamina/Σαλαμίς, que fue la ciudad-estado más poderosa de Chipre durante la Antigüedad.

Historia. La ciudad se fundó en el siglo ^XI a.C. como puerto para los mercaderes de Grecia y Oriente Próximo. Quedó bajo control asirio en el siglo ^IX a.C. y vivió su época dorada bajo el rey griego Evágoras (410-374 a.C.). Se sometió a los persas, expulsó a los fenicios y se alió con los atenienses contra los persas. Los descendientes de Evágoras intervinieron regularmente junto a los griegos contra el Imperio persa. La ciudad se enfrentó con frecuencia a Kition (Larnaka), aliada de los persas, y apoyó a Alejandro Magno durante sus conquistas. La ciudad cosechó considerables beneficios, pero pronto pasó a formar parte del nuevo reino griego de Egipto fundado por Ptolomeo, uno de los generales de Alejandro. Perdió su estatus de ciudad-estado, pero se convirtió en la primera capital unificada de la isla. Tras la anexión romana de Chipre en el 58 a.C., Pafos se convirtió en la nueva capital. Sin embargo, Salamina siguió prosperando, sobre todo bajo los emperadores Trajano y Adriano. La época romana también estuvo marcada por los inicios del cristianismo, con la primera evangelización de Chipre dirigida por San Bernabé. En el año 117, una insurrección judía provocó la destrucción de la ciudad. A esto siguió un terremoto hacia 340. Refundada por el emperador Constancio II en el siglo ^IV, con el nombre de Constantia, la ciudad fue finalmente destruida por los árabes en 647. Las primeras excavaciones fueron llevadas a cabo por los británicos a partir de 1887, y los mejores objetos descubiertos se conservan en el Museo Británico de Londres. Tras la independencia en 1959, el yacimiento se confió a la Misión Arqueológica Francesa en Chipre. Esta misión ayudó a comprender mejor la historia de Salamina. Sin embargo, la invasión turca de 1974 interrumpió bruscamente los trabajos y el yacimiento sufrió numerosos saqueos. Desde entonces, en virtud de la Convención de La Haya sobre la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Ocupación Militar, en teoría no se han permitido más excavaciones.

Gimnasio y teatro. La visita comienza con el complejo del gimnasio. Construido bajo los Ptolomeos de Egipto, fue ampliado y modificado durante la época romana, y luego utilizado como baño público durante la época bizantina. La decoración esculpida se conserva hoy en el Museo Nacional de Chipre, en Nicosia. En el centro del gimnasio se encuentra la palestra, donde se practicaba la lucha, flanqueada por 36 columnas corintias de mármol que se conservan. La siguiente parada es el teatro romano. Construido durante el reinado de Augusto a finales del siglo ^I a.C. y dañado por el terremoto de 340, era el mayor teatro de la isla, con capacidad para 15.000 espectadores. Tenía más de 50 gradas y un escenario de 40 metros de ancho.

Embalse, basílica y ágora. Cruzando el teatro, se llega al embalse de agua de principios de la época bizantina, alrededor del cual se levantaban el mercado de pescado y las termas romanas. El agua se transportaba por un acueducto de 60 km de longitud que traía agua de un manantial cercano al actual pueblo de Kythrea/Κυθρέα (Değirmenlik en turco). Una agradable callejuela adoquinada bordeada de columnas, probablemente procedentes de una stoa (galería comercial) romana, conduce a la basílica de Agios Epiphanios, justo en el centro del lugar. Se trata de una de las mayores basílicas del mundo paleocristiano (58 x 42 m). Fue construida por Epifanio de Salamina (315-403), teólogo y primer obispo de la ciudad desde 367, considerado uno de los Padres de la Iglesia tanto por los ortodoxos como por los católicos (festividad el 12 de mayo). Como la ciudad aún era predominantemente no cristiana, tuvo dificultades para recaudar fondos para las obras de construcción, y fue enterrado aquí aunque el edificio aún no se había terminado. Al suroeste de la basílica se encuentra el ágora. Con 230 m de largo y 55 m de ancho, es uno de los mayores mercados de la Antigüedad. Data de la época ptolemaica y fue restaurada durante el reinado de Augusto. En el lado sur, se conservan grandes secciones de la columnata (capiteles corintios) que bordeaba ambos lados del ágora. Limita al norte con un embalse muy profundo y al sur con el templo de Zeus, cuya base colosal aún es visible.

Basílica de Campanopetra. Situada a unos 600 m al este del ágora, es la parte más bella del yacimiento y ofrece una vista panorámica del mar, Famagusta y la ciudad fantasma de Varosha. Se trata de los restos de una basílica de finales del siglo^V, que formaba parte de un vasto complejo que incluía termas y un monasterio situado cerca de las calas del puerto de la ciudad conocida entonces como Constantia. El tamaño y la riqueza arquitectónica de este complejo atestiguan la cristianización de las clases altas de la población, que financiaron su construcción. La propia basílica, con sus tres alas, fue remodelada y permaneció en uso hasta el siglo ^XI, época en la que el resto de la ciudad llevaba tres siglos desierta.