PLANTACIÓN DE CATALIZADORES
Esta plantación no es un museo, y eso es lo que hace su encanto. La propietaria, Sra. Thompson, sigue viviendo en la casa, herencia de su padre, en medio de recuerdos de otro siglo. Les explicará que los muebles, los vajilla y los bibelots vienen para la mayoría de Francia (candelabros de baccarat, porcelana con colores de Napoleón o pintados por Audubon…). Durante la guerra de Secesión, todo quedó escondido en el lago al fondo del jardín. La idea era tanto más excelente cuanto que la casa fue casi totalmente destruida. En el piano Pleyel aún hay partituras de canciones de Jenny Lind, tan a menudo interpretadas que los toques del piano están totalmente gastados. No te puedes negar el vaso de jerez que te ofrece la señora Thompson, su placer es contar (desafortunadamente en inglés) la vida de su casa (y la suya). Su madre vivía en Rosedown, sus abuelos en Oakley y su padre en Catalpa… Al salir de ella, tendrás la impresión de haber hecho un viaje en el tiempo.