Este año, y para el noveno año consecutivo, el 1.2.3. podrá indicar precisamente que el Pequeño Fué es recomendado. La cuestión resultante para nuestros lectores: ¿Por qué recomendar esta dirección en lugar de las muchas otras que pueblan esta platija? En primer lugar, como los demás, porque disfruta de una situación única, en el corazón del Viejo Lyon, del barrio renacentista declarado Patrimonio Mundial por la Unesco y el encanto de este lugar, así como su frescura natural (incluso en verano), lo convierten en un establecimiento único en su género. En segundo lugar, porque la acogida es cordial, el ambiente distendido y que no te salte encima, como se practica en otro lugar… te apetece con promesas que no se cumplirán. Se instala en la terraza, manteles de cuadros rojos y blancos obligatorios, o en una sala que retoma con alegría todos los códigos del bufón tradicional. Por otra parte, cabe destacar que el cartel de este restaurante es un tapón de espadas de trigo, tal como se podía poner a disposición de los jinetes. En cuanto a la carta, se conservan lo mejor de las especialidades lionesa: ensalada lionesa, sesos de canut manzana, anacimlette salsa salsa de mostaza, delantal de bombero, quenelle Nantua y medio san martín para terminar. Una bandeja de costa o morgon y la felicidad están completas. 1.2.3. una dirección sobre la que podemos contar.
Opiniones de los miembros sobre 1. 2. 3.
La nourriture est très bonne, comme on l’espère dans un bouchon du vieux Lyon. Je recommande !
Excellent accueil et surtout cuisine succulente, fait maison de A à Z, cuisine fine et goûteuse, un régal