El cliché de Lyon por excelencia es el tapón en el Viejo Lyon. En la casa de Louise, están instalados en la plaza del Viejo Lyon, una de las muy raras de origen, en las adoquinadas de la histórica plaza del Cambio, donde antaño se suceden todas las ferias lisianas, frente al magnífico Templo del Cambio y al pie de una de las residencias más bellas de la ciudad, la casa Thomassin que data del siglo XIII. Aquí se encuentra en el corazón de la postal lionesa. Las salas de Chez Louise completan esta bonita postal lionesa con una decoración típica y tradicional de corcho lionesa. El Guignol nos acoge entre los frescos y los numerosos objetos que no hay que descubrir. La carta no olvida nada de las especialidades que han hecho la reputación de la cocina tradicional lionesa. Empezando por la ensalada lionesa, la gratinada con cebolla, el salchicha briotea servido caliente con sus manzanas. A continuación, con ranas a la sartén, la cabeza de ternera, el anacimlette extraído de la cuerda salsa de mostaza, el barro de las manzanas, el delantal de bombero o el pastel de ave al caviar de berenjena y su paquete de tomate. Otros placeres de la casa, el magret de pato servido entero con salsa reducida a la miel o un trío de pescado (dorada, bacalao y salmonete). Sesos, por supuesto, e ineludible tarta pralinina. Los "clichés" a veces tienen algo bueno.
Tout d’abord le lieu, qui m’a tout de suite donné envie d’entrer, cosy, intimiste avec des coins et recoins permettant chaleur et intimité.
Ensuite l’accueil, merci à Lila pour son humour et son énergie qui, étant seul à y manger me l’a fait oublier
Enfin, les plats. Ce point est souvent propre à chacun mais ce qui est sûr , c’est que ce que j’ai mangé fut savoureux, et recherché, ce qui pour moi est un grand plus.
Merci, je recommande fortement,
Olivier
je recommande ce restaurant !