Los bouchons (término genérico) no faltan en el Vieux Lyon. Lo que falta son los bouchons dignos de ese nombre, herederos de una auténtica tradición de delicias gourmet y hospitalidad. Así que, cuando haya encontrado uno, uno de verdad, guarde la dirección con cuidado y vuelva a menudo para introducir a sus amigos en la cocina lionesa. Comptoir Chabert es justo lo que se necesita en el ajetreo de Saint-Jean, a orillas del Saona. Abrieron otro pequeño bouchon (más grande que el primero) a tres números de distancia, en la misma orilla, hace más de un año. La misma cocina, el mismo ambiente proporcionado por Maxime (que se hizo cargo del Comptoir) y su padre, que continúan con lo mejor de la tradición. Magnífica sala con numerosos objetos y detalles, y mesas cercanas que hacen aún más apetecible el desfile de siete saladiers lyonnais, ensaladas compuestas por buenos productos (patas de ternera, morro, lentejas, arenque en escabeche, salchichas cervelas, paté de campaña, queso de cabeza, salchichas lionesas). La generosidad y la calidad están a la orden del día. El plato es una selección de especialidades lionesas: quenelle de lucio con salsa Nantua, cabeza de ternera con salsa gribiche, salchicha picante con salsa beaujolaise, andouillette (tipo de salchicha) al vino blanco, tablier de sapeur, hígado de ternera con perejil, mollejas de ternera con colmenillas, pie de cerdo empanado, fricasé de pechuga de pollo con crema de saint-marcellin... Tantos placeres para compartir y disfrutar alrededor de un gratén delfinés casero. Cervelle de Canut, medio saint-marcellin y continuamos con los postres: isla flotante, crema de caramelo, pera al vino, arroz con leche, peras, ciruelas y pasas al vino tinto. También hay carta de vinos. Posibilidad de acoger grupos (precios a partir de 20 personas). Lo recomendamos.
Délicieux, personnel adorable, rapport qualité-prix imbattable.
....avec, en prime, l'ambiance bouchon !!!!
Je recommande !!!
Les mots me manquent pour qualifier cet établissement.
Ayant passé 10 ans de ma vie à Lyon, je pensais avoir une vision de ce que l’on appelle un bouchon lyonnais !!! Force est de constaté que non.
Les photos sont attirantes, mais la suite se complique.
Cuisine standardisée qui obéis au principe de rentabilité pour le patron.
Ex : les saladiers des entrées passent de table en table en dépit de toute notion d’hygiène (espérons que le client précédent n’ai pas dans un réflexe lécher la cuillère avant de la remettre dans le saladier)
Les plats, au delà de la quantité (minime), sans goût sans saveur
Le fromage, euh pas vu
Les desserts… retour au principe des entrées, de table en table, de convives en convives. Mention spéciale au riz au lait (sans commentaire, le visuel suffit ????????)
En conclusion, je partage et valide l’avis du restaurateur Lyonnais de mon déjeuner du midi), à savoir :
Attrape touristes qu’il faut fuir.
Une horreur qui a durer 3 heures