LE LAURENCIN
Los "botones" se ven en el Viejo Lyon, pero los "verdaderos" botones, de aquellos que respetan la tradición del bien vivir, bien beber y bien comer a la lionesa, hay poco al borde de las calles adoquinadas. Por lo tanto, es bueno seguir la opinión del Pequeño Fué que puede garantizarle -mejor que cualquier otra etiqueta, aunque el Laurencin muestra el de los "Boule Lyonnais"-la autenticidad o no de un corcho. El Laurencin no nació de la última lluvia, ya que la casa que la acoge data de 1528 -normal, se encuentra en el corazón del Renacimiento- y el establecimiento abrió sus puertas… ¡25 años bajo la Batuta de Jean-François Galgani! Agradable terraza en la calle peatonal, sala acogedora con paredes de piedra y mesas acertadas como es necesario en un verdadero tapón para conocer a sus vecinos y compartir sus impresiones alrededor de un buen plato. Después de admirar los diferentes objetos que adornan las paredes, hay que elegir un mapa que destaca la tradición de Lionesa: salalde lionesa, antesisca, tapiz de broche, delantera… Todo servido en porciones generosas que satisfarán a los buenos comedores. Profiteroles con chocolate o tarta pralinina para terminar con dulzura y pots lyonnais (beaujolais, côte-du-rhône…) para acompañar la comida. Grupos bienvenidos previa reserva. Un carnicero ahora "sellado" por el obispo.
Œuf meurette avec une sauce liquide. Tablier de sapeur plus que moyen servi avec des pommes de terre à l’eau.
On sent que l’objectif du nombre de couverts a l’heure prime sur la qualité et le pass sanitaire doit être trop long à contrôler
La qualité est médiocre, plats préparé à l'avance qui sont à l'avantage de l'enseigne à travers un service vitesse grand "V".
Etablissement à éviter mais à recommander à la DDCSPP
Aucun regret, même complet le patron est agréable et prend le temps de discuter avec les clients.
Cuisine traditionnelle de Lyon et prix imbattable.
Correspond tout à fait à ce que l'on attend d'une visite sur Lyon.