PREMIER SOUS-SOL
La entrada al Primer Sótano es más que discreta, por lo que puedes pasar varias veces sin notarla. La ventaja es que los lookados un poco alejados no saben dónde entras. Y que aquellos que no se asumen puedan empujar la puerta sin rodar. Grandes salas en la planta baja, pantallas, un salón cerca de la entrada donde se puede ver la televisión, si llegamos demasiado pronto. La afluencia es bastante importante el fin de semana, pero las dimensiones monumentales del lugar hacen que siempre tengamos la impresión de que hay pocos tipos: cuidado con no perderte en esos 1.000 m ²,¡te arriesgarás a perder los tipos que llegan! En el sótano, es la encrucijada de la tentación. Hay que elegir entre varios espacios camarotes (puedes tumbarse en algunas), jaulas, sonidos, bancos a tuze… A menos que prefieras el laberinto, donde no se puede hablar de oscuridad sino de negro total. El trato agradable acaba de convertirlo en un lugar ineludible.