POISSONNERIE MORONI

La pescadería más antigua de la región de Rhône-Alpes, originalmente "Poissonnerie Léonidas", acaba de celebrar su 60 aniversario.

Louise, la fundadora, ya jubilada, dice que es obvio: "Yo seguí a mi padre, mi hija me siguió a mí y mi nieto sigue a .....".

La historia comienza a principios de siglo, en los años veinte, cuando Edmond Léonidas y su esposa abandonaron la capital para instalarse en el pueblo de Fontaine.
Pronto abrieron una tienda de ultramarinos en Les Fontainades, donde los vecinos podían comprar todo tipo de "comestibles", incluido pescado. Su hija Louise, que quería desarrollar la pescadería, se marchó a hacer su aprendizaje en "Delphin". En 1946, con sólo veinte años, aún no era mayor de edad. Sus padres la emanciparon y abrió la "Poissonnerie Léonidas".
Iba a la estación de Grenoble a las 5.30 h para recoger la mercancía; la jornada terminaba cuando el último cliente había cruzado la puerta, hacia las 20.30 h". Michelle nació de su matrimonio en 1947. En 1968, a los 18 años, Michelle vino a ayudar: "Siempre había estado en este ambiente, el trabajo lo llevaba en alguna parte de la sangre".

En 1972, la pescadería se renueva y pasa a llamarse "Moroni-Léonidas". en 1986, Louise se jubila. A la edad de 60 años, ansiaba un poco de paz y tranquilidad. quería vender la tienda para que mi hija no tuviera que pasar por los problemas que yo tuve". Pero para Michelle, "no era cuestión de separarse del negocio familiar". El siguiente paso lógico era que ella tomara las riendas. El negocio se llama ahora "Michelle Moroni". "A partir de las 6 de la mañana, los primeros precios del pescado llegan por fax. Llegan de Boulogne-sur-Mer y Sète...... Sólo queda encargar la mercancía, con ciertos principios: "En la medida de lo posible, tomo pescado francés, que llega directamente del puerto; los filetes los elijo cortados a mano".

A principios de los años 90, Michelle tuvo que hacer frente a la crisis y a la caída de la clientela. Sin pensárselo dos veces, decidió diversificarse: bandejas de marisco, participación en la feria de otoño.... Una innovación que volvió a poner en marcha el negocio y una nueva clientela.

Su hijo Frédéric, que se unió a ella, trabaja en los mercados seis días a la semana. "Hoy en día, con la competencia, no podemos limitarnos a vender. Tenemos que ofrecer servicios". Dan consejos y sugieren recetas...... "Transformamos los productos. Hemos pasado de ser tenderos a artesanos".

Y en 2003, Frédéric dejó Fontaine y los mercados para trasladarse a Meylan.