Un bonito cartel de madera pintada domina el escaparate de esta tienda gastronómica con nombre evocador. Productos seleccionados por su gran calidad -como el chocolate de la casa Valrhona con pura manteca de cacao, pero sobre todo las maravillas realizadas por Patrick y Elodie en sus laboratorios, puestos en escena sobre los calibrajes de la chocolatería. Bonitas gotas en homenaje a la Alta Saboya: las baldosas del Gran Bornand, los copos de los Alpes, el Mont-Blanc, los cristales de los Aravis, las lágrimas de cabras, las castas de marmotas, los chozas, los crotitas de Dahu… La última nació es una bola de ganancia de chocolate negro recubierta de un casco crujiente encogido al licor de la herpi. La degustación se enriquece aún con algunas especialidades de confitería y pastelería: pan de especias a los higos, pastel de Savoie, fideos, pasta de frutas, pralinín en el rodaje, mermeladas, chocolates personalizados, "naranjos", "naranjos" o clementinas confitadas recubiertas de chocolate que cruzan… Sin olvidar el verdadero postre de Navidad de antaño, la deliciosa r'zule - la rissole de patois savoyard. Las delicias evocan con humor la riqueza local.