Se trata de una dirección a la que se llega aunque a primera vista no pague una mina, gracias a un dúo de choque: Helena la cocinera y Jean-Claude, en el sentido del humor inoxidable y los valores epicurianos distendidos. Se llega aquí, cerca de la estación Saint-Charles y de los reformados, para santuar alegremente y bien beber, ya que los vinos se compran directamente a los pequeños propietarios franceses que trabajan en bio y en cultura razonada. A la carta hay una bonita paleta de rojos del Languedoc, de Côte-du-Rhône, de Provence, de Borgoña, de Bordelais y de los blancos del Loira. En la mesa, las botellas de vino se venden al precio del sótano, se aprecia y se repide. Al mediodía, platos con pizarra de temporada, elaborados con productos frescos bien preparados, son deliciosos y servidos generosamente. Para disfrutar de su plato y regocijarlo de un buen credo, puedes instalarte alrededor de grandes mesas de madera entre paredes color rojo acogedor donde se amontonan botellas y donde se exponen obras de pintores marseleses que cambian regularmente. Los escultores también son bienvenidos. Para disfrutar del lugar por la noche, visita el viernes por la noche, para fiestas "vinos y música".
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Opiniones de los miembros sobre LE DEBOUCHE
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
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Un repas servi rapidement par une équipe d'une extrême sympathie.
Un des meilleurs tartares que j'ai mangé, accompagné d'un vin parfaitement sélectionné par le patron.
En dessert, un riz au lait accompagné de noix caramélisées qui m'a ramené direct en enfance.
Même le café y est bon.
Personnel sympatique, je recommande cette adresse qui nous plonge dans le passé avec sa décor vintage