Un bar histórico del barrio, retomado hace unos años por un equipo que lo ha puesto de moda y animado, con excelentes cócteles.
Este bar-restaurante es todo un éxito ¿Su receta? Un equipo eficiente y un ambiente cálido y ecléctico, al menos hasta la última renovación, que ha cambiado un poco el lugar. El bistró original de los años 30 se ha renovado, pero conserva su barra de zinc y sus mosaicos, y en la parte trasera hay una sala y un bonito patio al aire libre para tomar una copa o darse un capricho. Las exposiciones y las selecciones musicales (en el bar) animan el ambiente y hacen que la conversación fluya hacia el asfalto. Hay una selección de softs, cócteles y cervezas, y vinos que cambian con las estaciones, con un nuevo descubrimiento cada mes. Ahora hay una terraza en la acera, pero eso no impide que los noctámbulos creen todo un ambiente nocturno frente al bar.
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