BISTROT L'HORLOGE
Este café-bar-restaurante coronado por un reloj y que hace esquina entre el curso de Estienne-d'Orves y la calle Breteuil, tiene una bonita terraza que atrae a una clientela bastante ecléctica. También puedes instalarte en el interior, pero no hay muchas plazas. Desde su apertura en 2013, los propietarios (de los antiguos del café de enfrente, Le Pointu) han sabido renovar el lugar y su cocina. Además de tomar una copa (un cóctel americano, un mojito o una copa de vino), cuya carta, original, está en el interior del bistró, se puede picar (tapas, platos de charcutería) o comer de forma más consecuente, y muy bien: entrecruza y huesos de médula, cordero de siete horas y verduras asadas al horno o la famosa ensalada de cerdo con sus gigantes y hígas de aves de corral. La pizarra cambia regularmente. En cuanto a postres, su mullido de chocolate corazón Nutella da ganas. Una bonita dirección. Hay que destacar que a menudo se organizan veladas con los vecinos de enfrente durante el verano.
Este establecimiento también figura como :
ambiance chaleureuse et jeune mais où des retraités en ballade sont accueillis à bras ouverts pour une soirée plus que sympa