La Abadía Real, clasificada como Monumento Histórico, con una hermosa iglesia del siglo XII y una sala capitular en Saint-Martin-l'Ars.
Es una pequeña joya de la corona, un lugar sorprendente en ciernes. Construida a finales del siglo XII bajo la protección de Leonor de Aquitania, la Abadía Real de La Réau fue fundada por una comunidad de monjes que seguían la regla de San Agustín. Su crecimiento fue tal que se extendió hasta Bretaña. Fortificada a finales del siglo XIV durante la Guerra de los Cien Años, entró en decadencia antes de ser reformada varias veces, primero por el prior Louis de la Rochefoucauld y luego por François Henin en el siglo XVIII. Los últimos monjes abandonaron el monasterio durante la Revolución Francesa, cuando se disolvieron las Órdenes. Hoy en día, declarada Monumento Histórico, la Abadía Real de La Réau está abierta al público para dar a conocer su rico patrimonio. Durante su visita, que le recomendamos que sea guiada, se sumergirá en la historia del monumento, del que hoy sólo quedan parte de los edificios monásticos y la encantadora iglesia, que ha sido objeto de un extraordinario proyecto de restauración. Recorrerá las numerosas estancias rehabilitadas del edificio, descubrirá las celdas monásticas, la magnífica sala capitular del siglo XII y la clave de bóveda que antaño se alzaba en la iglesia. Para atraer el interés de los visitantes más jóvenes, se proponen diversas actividades (búsqueda del tesoro, caligrafía, etc.) para los niños. Nuestro favorito es el juego del monumento: "Salvar la Réau". Una investigación para realizar con amigos o en familia, en la que tú eres el héroe.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Los puntos fuertes de este establecimiento:
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Opiniones de los miembros sobre REAL ABADÍA DE LA RÉAU
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
Léger hic cependant, on n'est pas toujours sûr d'avoir droit à un sourire quand on arrive à l'accueil ????
Tant qu'à l'abbaye qui est en restauration il faut le faire. Cela fait parti de notre patrimoine.
Très intéressante visite vue les connaissances partagées par la guide sur l'évolution de l'ensemble des bâtiments et du domaine au fil du temps
Seul et pas le moindre bémol : le guide pas souriant et pressé de débiter son "discours" et a surtout eu la "delicatesse" de faire payer 2 enfants de 7 et 10 ans... dommage