Tanto en el bar como en el restaurante, el Zinc tiene algo muy acogedor, desenfadado y tónico. Tan pronto como se empuja la puerta, la sonrisa es sincera y sincera, el equipo agradece recibir a sus clientes en el buen humor, se nota y se siente. El mobiliario es original: en el bar a la izquierda al entrar, un sofá mullido rosa carbon con sus dos sillones y su mesa base, rosas, incitan a instalarse allí entre amigos, como en casa, para tomar una copa en un ambiente musical más bien años 80. Grandes y bonitas pizarra en la pared presentan bebidas y especialidades aperitivas. Hay un rincón wifi y unas mesas agradables exponen en su sótano un gran diseño divertido en pizarra. En cuanto al restaurante, puedes cenar en una atmósfera acogedora o compartir su comida entre amigos durante fiestas temáticas, incluso en invierno. La gran terraza permite disfrutar del verano y de los buenos días, tarde por la noche, ya que el Zinc es también un bar nocturno. En cuanto a la cocina, pescados a la plancha, sopa de pescado, con algunos éxitos, pero se puede comer carne por supuesto. Se ofrecen recetas elaboradas con productos frescos. Un lugar excelente, que no pone de lleno las vistas pero que garantiza en todos los sentidos. El Pequeño Futé le da su sombrero a este equipo que hace el éxito del Zinc y nuestra felicidad.
Opiniones de los miembros sobre LE RESTO DU ZING
Très bon accueil
Mais alors pourquoi pas 5 étoiles ?
Eh bien.. les desserts sont en-dessous... Le thé gourmand avec une crème brûlé au café ( avec un thé...) et le fondant chocolat pas maison (alors que les plats oui...).
Bref, 4 car les desserts ont fait perdre 1.