GARGANTAS DE KAKUETTA
Cómo llegar y contactar
Un prestigioso lugar cargado de historia, situado en Sainte-Engrâce, con un exuberante entorno natural.
Hasta su reapertura, ésta es su historia. En las entrañas del País Vasco interior, en el pequeño pueblo suletino de Sainte-Engrâce, las gargantas de Kakuetta son un auténtico tesoro entregado por la naturaleza; uno de los lugares más prestigiosos de Europa. Exploradas por primera vez en 1906 por Edouard-Alfred Martel, especialista en expediciones científicas, hoy están protegidas. Antiguamente, los campesinos bajaban el trigo desde los altos acantilados hasta el molino de agua situado a la entrada de las Gargantas, y luego subían los pesados sacos de harina por el mismo camino. Durante la Segunda Guerra Mundial, este paso de montaña entre Francia y España se convirtió en sinónimo de libertad para muchas personas que huían de la zona ocupada. Los pastores vascos, buenos conocedores de los escarpes rocosos, se convirtieron en contrabandistas, desafiando a las patrullas alemanas a riesgo de sus vidas. Un lugar salvaje y espectacular: "estamos aquí, en el Amazonas de las latitudes templadas, pero en el corazón de los montes vascos", como dicen los profesionales. Una naturaleza exuberante y ferozmente bella que guarda el secreto de estos desfiladeros que sólo deportistas entrenados y equipados podrían escalar. El desfiladero tiene una longitud de 2.000 metros, una profundidad de entre 30 y 350 metros y un paso especialmente estrecho conocido como el "Grand Étroit". El pueblo de Sainte-Engrâce también es famoso por su iglesia románica del siglo XI, la Gruta de La Verna para explorar el subsuelo y sus numerosas rutas de senderismo.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre GARGANTAS DE KAKUETTA
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
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parcours très bien sécurisé, des casques sont mis à notre disposition car on n'est pas à l'abri de chute de pierres.
cette balade au mois de juin est idéale car pas trop de monde donc on profite bien du décor.