PLACE ROYALE
Una de las plazas más emblemáticas de Pau, decorada con una estatua de Enrique IV.
Aunque no es la más grande, esta plaza es una de las más emblemáticas de la ciudad. Las obras de acondicionamiento comenzaron en 1688, por encargo de los Estados de Béarn. Su superficie inicial era reducida, y una imponente muralla al sur enmascaraba el horizonte. Hubo que esperar a la llegada de Napoleón en 1808 para que las obras de ampliación permitieran una vista despejada de los Pirineos. La estatua de Enrique IV se instaló en 1843, a petición de Luis Felipe, en el centro de la plaza, donde se alzan majestuosos edificios como el ayuntamiento de Pau y el Hôtel de France. Como a la alta sociedad de antaño, a la gente le encanta pasear por esta plaza donde "el rocío cae como la tila" (J. Peyré).
La place est prolongée de l’autre côté du boulevard des Pyrénées par une esplanade où arrive le funiculaire qui relie la haute ville à la gare. Le voyageur a ainsi dès son arrivée un accueil … royal! Cette esplanade porte le Pavillon des Arts et est joliment fleurie.