Un agradable establecimiento en el que el chef ofrece cocina tradicional a la carta con una buena relación calidad-precio.
Este establecimiento está situado en un entorno bastante mágico, a la entrada de uno de los puentes sobre el Gave d'Oloron, con ventanas que dan directamente al río. La decoración es bastante moderna en el interior, con taburetes altos y sillas de diseño que dan a la sala un aire de salón , que contrasta con la casa tradicional de Oloron. En el menú, encontrará cocina tradicional bien elaborada, bien presentada y con una muy buena relación calidad-precio. Por último, el servicio es rápido y encantador. En definitiva, este restaurante es un lugar muy agradable para comer, sobre todo cuando hace buen tiempo y se puede disfrutar de la vista sobre el río y el barrio de St. Croix.