Parque con un jardín francés, un pequeño parque, un jardín anglo-chino y un jardín inglés en el corazón de un vasto bosque en Chatilly.
Situado en el corazón de un inmenso bosque y con una extensión de 115 hectáreas, el recinto del castillo ha sido modelado por los sucesivos propietarios de Chantilly. Pasee por el jardín francés, el Petit Parc, el jardín anglo-chino y el jardín inglés. El jardín francés, diseñado por Le Nôtre a finales del siglo XVII, es el primero en aparecer. Desde la terraza del castillo, se abre a una lámina de agua de 180 metros que desemboca en el Gran Canal. Los parterres, los espejos de agua con sus majestuosos chorros, el vertugadin, el gran canal y su cascada hacen de este jardín una maravilla tanto estética como histórica. El jardín inglés y sus románticas fabriques también sorprenden por su encanto. Fue diseñado bajo la Restauración en 1819 por el arquitecto Victor Dubois. Habitado por cisnes y aves acuáticas, su templo es una delicia. También están las cascadas de Beauvais, un suntuoso espejo de agua diseñado por Le Nôtre en el siglo XVII. Cerca de la aldea también se ha creado un laberinto de césped. A lo largo de sus senderos, podrá descubrir románticos edificios como el Templo de Venus, la Isla del Amor y el Lago de los Cisnes. Al otro lado del jardín francés, se accede al Hameau y a su restaurante. Estas cinco casas rurales sirvieron de inspiración para el caserío del Trianón de María Antonieta en Versalles. Puede que los niños no disfruten de este romanticismo durante horas, así que llévelos al gran laberinto vegetal o a la zona de juegos con sus cabañas de madera y sus simpáticas ovejas saltarinas
Pièces de théâtre adaptées aux enfants , aires de jeux, super ambiance.
Nous avons commencé par le tour de 45 min en petit train afin d’avoir un aperçu du parc. Hélas un peu chaotique car bcp de nids de poule sur le parcours.
Puis nous avons visité le château. Il nous a fallu une bonne heure pour voir toutes les salles. De nombreux tableaux exposés, à noter qu’il y a bcp de portraits.
Juste un bémol, pas mal de tableaux partis pour restauration en même temps.
Nous nous sommes ensuite balades dans les jardins proches du château, là où il y a des cygnes et des oies.
Nous reviendrons sûrement pour arpenter le parc et le découvrir plus en détail et pourquoi pas visiter la partie écuries.
Je comprends que certains touristes y passent un week-end car il y a tellement à voir !
Mais l'accueil à peine croyable désagréable au possible.Je prends contact avec eux pour une privatisation.
Des gens d'une arrogance !!!
Je pense mesdames et messieurs que le château ne vous appartient pas, et vous donc vous n'êtes pas Châtelain.
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