FACADE DE LA MAISON GREBER
Charles Gréber se hizo cargo de la fábrica del padre en 1899. Su gusto por el color y los detalles lo convirtieron en un artista reconocido en esta disciplina, ganando una medalla de plata en la Exposición Universal de París de 1900. En 1911, mandó decorar la fábrica familiar, que fue una de las mejores fábricas de cerámica hasta 1962. La fachada de la residencia es espléndida: reúne bellos ejemplos de las producciones de la fábrica, tanto en colores como en diseños, con camaleones y anfibios en particular. El elemento principal es un bajorrelieve de arenisca blanca que representa a un tornero en el trabajo y que se utiliza como letrero en la tienda. El techo también merece una mirada: está formado por tejas vidriadas de color amarillo y azul, dispuestas en forma de diamantes. Este sitio está un poco descentrado en comparación con los otros puntos de interés de la ciudad. Pero la casa merece una visita. Si se siente seducido por la cerámica, en la oficina de turismo se puede hacer una bonita excursión, que incluye la avenida Victor-Hugo o la casa de la familia Gréber, situada en el número 14 de la calle Bossuet.