REMPART ANTIQUE
Todavía se puede admirar parte del antiguo recinto que data de principios del siglo IV y se construyó para proteger la ciudad de las invasiones bárbaras. En efecto, el trabajo realizado después de la Segunda Guerra Mundial permitió sacar parte de la muralla. En ese momento, las fortificaciones rodeaban una extensión de 10 hectáreas, con torres cuadradas en los ángulos y 14 torres semicirculares. Se accede por dos puertas (del Limançon y del Chastel) situadas en cada extremo de la calle Saint-Pierre. Un buen pretexto para dar un paseo tanto de día como de noche, ya que las iluminaciones ponen en valor su reciente restauración. También puede ver una parte de estos vestigios en la Galería Nacional del tapiz donde ha sido hábilmente integrada.
Hay dos marcas rojas en la acera de la calle Philippe-de-Dreux, a cada lado de la calle Saint-Pierre, entre la galería y la colegiata Saint Barthélemy. Materializan las torres de las fortificaciones: los llaman "fantasma del muro".