IGLESIA DE NOTRE-DAME DE LA BASSE-UVRE
Sólo quedan tres de los nueve bordes originales de su nave, pero es uno de los pocos vestigios de inspiración carolingiana. Los murales animaron sus paredes, encontramos varios fragmentos, entre ellos una cabeza de hombre de una excelente calidad que ver en el tesoro de la catedral de San Pedro. El edificio está construido según las técnicas de la época, con repuestos galo-romanos, como los pastardos, estas pequeñas piedras cúbicas procedentes de monumentos antiguos. La fachada, reformada en 1050 tras un incendio, está iluminada por una gran bahía en la que tres personajes enigmáticos son encajados. Tras un último incendio en 1225, el obispo y el capítulo decidieron elevar una nueva obra gótica, haciendo desaparecer su coro y su transiete; seis de sus travesos también se destruyen en el siglo XVI cuando Martin Chambiges construye su transiete. El cese de los trabajos de la catedral de San Pedro en 1605 salva las tres últimas alamedas de la nef de la Baja Obra, transformada entonces en la iglesia parroquial. Vendida como Bien Nacional en 1794, fue adquirida por el Estado en 1840 que, tras la restauración, la devuelve al culto en 1867.