OLIVIER ROCHER
La encantadora acogida que la jefa le reserva no es el único punto fuerte de esta panadería-pastelería recogida por la pareja Rocher en 2006 después de quince años de vida parisina (de hecho, hasta que el señor, un buen día, desea volver a «instalarse en el país», a 500 m del lugar en el que ha empujado sus primeros gritos, la antigua clínica de Avet-Avet. Esnières…). Además de un magnífico emplazamiento (pila delante de la basílica de Avesnières), este cartel también tiene por objeto proponer una especialidad creada por un panadero Mejor Obrero de Francia, B. Ganachaud: la flauta Gana. Por último, también recomendamos (y si algunos dentistas nos hacen los ojos gordos…) el copioso surtido de dulces que alegran tanto más a los niños que tienen derecho a servirse ellos mismos.