Aste-Béon tiene en su corazón el Acantilado del Buitre, una importante reserva natural. La especie, que una vez contó con muchos ejemplares, prácticamente había desaparecido de los macizos franceses. Hoy en día está protegido. La comuna también ha podido destacar los productos de los pastores. También vale la pena ver las iglesias de Saint-Félix en Béon que datan de los siglos XII-XIV y de Saint-Jean-Baptiste en Aste que datan del siglo XIX. Por último, una caminata de ocho kilómetros desde el sitio de los graneros de Aspe le hará descubrir las cabañas, estos hábitats diseñados para los pastores.

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