Restaurante que asegura que los asiduos redescubren el plato con toda la emoción de un niño.
Abierto desde 2014, este restaurante tiene una buena reputación. Y por causa: Un perro en un juego de quiebras ha obtenido, por parte de la muy seria amiga del welsch, el premio del mejor welsch. Servido con una gran sonrisa y sobre todo con patatas fritas frescas es una delicia. Pero un perro en un juego de quiebras es también deliciosos flamencos con recetas desfasadas como la "¡No me digas ensalada! " con cabra refinada, miel, crema fresca, ensalada, nueces, tocino y caramelo balsámico, o "Los tres pequeños cerdos" con jamón crudo, coppa y jamón en el hueso, crema de tomate, perfumes de garrigue y rallado. ¡Y su carbonado! Garantiza a los habituales redescubrir el plato con toda la emoción de un niño, y a los recién llegados a sorprenderse de la receta, perfectamente dotada para ser probada y goloso. Hacer lo correcto sin tomarse en serio con un tono retardado y divertido es la receta de un perro en un juego de quiebras: ¡nos gusta!
Super restau, de très bons plats locaux et de superbes bières à la carte !
Une petite note pour Guillaume notre serveur qui était particulièrement sympathique et attentionné lors de notre repas et qui mériterait une belle augmentation !
Emilie, si vous lisez ce commentaire pensez à augmenter Guillaume ça serait l’un des meilleurs investissement que vous pourriez faire !