HOTEL SAINT-SAUVEUR * * *
Hotel que ofrece habitaciones cómodas, funcionales y totalmente equipadas
Es uno de los únicos hoteles abiertos todo el año y, en la ciudad que vive al ritmo de los peregrinajes, hay que destacarlo, pues es algo poco frecuente. El Saint-Sauveur es un establecimiento completísimo, compuesto por un hotel, un restaurante, un salón de té y una tienda de recuerdos. Es simplemente un imprescindible. Detrás de su fachada sobria se esconden magníficos volúmenes compuestos de mármol atemporal y blanco puro, un marco ideal en el que el mobiliario contemporáneo y los colores cálidos se desvanecen con belleza. Nos gusta su arquitectura particular bañada por una iluminación estudiada, sus habitaciones funcionales y perfectamente equipadas y cómodas. Se inscriben en un estilo muy actual en el que uno está a gusto. La calidad de la acogida y del personal es muy cercana. En cuanto a la gastronomía, se proponen dos tipos de servicios: una parte tipo taberna, lugar para aperitivos rápidos, y el restaurante, con una buena comida en mesa con productos regionales como el foie gras o el garbure (sopa de col con hortalizas). Su sabrosa cocina es famosa, casi tanto como su escalera y su techo acristalado que inunda de luz la sala. Es una dirección muy atractiva que le recomendamos encarecidamente.