LE MOULIN DE MENDAGNE
En el catastro napoleónico de 1807, ya figuraba, pero de los cincuenta molinos de agua que contaba el valle de Campan en 1830, es el único sobreviviente que podrás visitar. Joyas del patrimonio local, está equipado con dos boyas horizontales que conducen a la fuerza hidráulica. Son los que hacen la escasez, ya que el de Mendagne es el único que le permite estudiar el movimiento lo más cerca posible… al entrar en el motor. Tener las dos mulas de encima de su cabeza es una experiencia bastante fabulosa. Restaurado en 2007 por el nieto de la meunière, Pierre Brau-Arnaüty es el que le presentará el mundo de la meunería. Es un verdadero personaje con una cálida acogida y los relatos hipnóticos. Esta rehabilitación es también su pasión, con amor y respeto a este descendiente de los constructores, te hará descubrir toda la historia… y es rica. El funcionamiento de las ruedas a alba al papel de los picadores de mudanzas que los rellenaban, molinos de maíz y cereales más suaves no tendrán secretos para usted. El lugar es espléndido y también permite un magnífico paseo en el corazón del Alto Adour y de su canal.