El restaurante ofrece pizzas de inspiración local, pasteles caseros, carnes a la parrilla y raclettes.
En el balcón de los Pirineos, el francés tiene una terraza que ofrece una bonita vista de los macizos. ¡Un panorama que vale la pena desviarse por sí mismo! En el menú, los clásicos de la restauración turística: una docena de ensaladas mixtas, otras tantas pizzas, algunas de las cuales se inspiran directamente en la cocina local, tortitas caseras de alforfón, carnes a la parrilla, pastas frescas - e incluso, a causa de los Pirineos, fondues o raclette, por reserva. Se organizan veladas temáticas y es posible privatizar el lugar para un evento festivo o un seminario. Nota: también es un relevo de motocicleta, siendo el dueño del lugar una persona apasionada. Una parada en un ambiente familiar, en el camino a las montañas.
(Avis d'origine)
Estube en este citio con mi pareja después de un día de trabajo en la ciudad , escogimos este para cenar i afínale pues una chica joven nos hay tratado muy mal i hay dicho que no atendía más seria por vuelta de las 20h todos a dientro levantamos de la ciia i partimos con mucha vergüenza i lamentable que hay este tipo de gente mal educada a atender los clientes afínale quien pierde es el propietario…. Afínale pasamos muy bien en otro citio que seguro volveremos ! Perdiste mucho con nos otros este que la chica mal educada hay atendido totalmiente despreparada.