CASTILLO DE NAJAC
Castillo apreciado por su historia, su arquitectura, sus salas conservadas y su capilla con bóvedas y capiteles esculpidos
Antes de la fortaleza, existía un castillo fortificado, construido en 1100 por Bertrand de Saint-Gilles, hijo de Raimundo VII, conde de Rodez. Simple torre cuadrada en el siglo XII, la fortaleza que domina el pueblo se amplió en el siglo XIII y se convirtió en la piedra angular de la región. Mandada construir en 1253 por Alfonso de Poitiers, hermano de San Luis, la fortaleza de Najac fue levantada por los condes de Toulouse para defender la primitiva provincia de Rouergue. Najac era la capital del Bajo Rouergue y residencia del senescal. En 1249, a la muerte del conde Raimundo VII, le sucedió su yerno Alfonso de Poitiers y la región, incluida Najac, se sublevó durante unos meses. El nuevo conde recondujo la región antes de decidir, para consolidar su poder, mostrar su poderío y reforzar las obras militares existentes.
La visita al castillo comienza con una evocación de la arquitectura y las técnicas de edificación utilizadas por los constructores. Se ven claramente las firmas de los distintos oficios. En el interior se visitan algunas salas bien conservadas y la capilla, con sus bóvedas y capiteles esculpidos. La visita está salpicada de anécdotas. Por ejemplo, le dirán que las tropas inglesas acogidas en 1362 fueron expulsadas de la fortaleza utilizando una técnica local. Siguiendo la regla de la hospitalidad, los propietarios ofrecieron a sus huéspedes todo el vino que quisieran, con lo que no tuvieron problemas para hacerles saltar las murallas. La historia ha querido que muchos súbditos británicos se instalen en Aveyron. Es habitual, por no decir cotidiano, oír la lengua de Shakespeare en las tiendas y por las calles de la ciudad. Una buena manera de viajar sin salir de Rouergue.