CHOCOLATERIE DE L’ABBAYE DE BONNEVAL
Desde su creación en 1878, la comunidad de monjas cistercienses de la Abadía de Bonneval obtiene la mayor parte de sus ingresos de su chocolatería. Las monjas, que mantendrían sus secretos de fabricación de un chocolatero de Limoges, trabajan a la antigua, desde la pasta de cacao hasta el envasado. Su chocolate se presenta en forma de tabletas, pero también en rocas, malakoffs, bastones de chocolate, chocolates de crema, naranjas... Pero son sobre todo las pequeñas botellas de chocolate en el corazón de licor -ron, pera o Triple Orange- las que dan fama a la chocolatería. La fabricación es artesanal, realizada por los moniales como un sacerdocio a través del cual encuentran paz del alma. El chocolate de la Abadía es pura manteca de cacao y el praliné realizado a base de avellanas trituradas, azúcar y cacao, sin aroma artificial ni colorante. Los productos de la chocolatería están sellados con el logotipo Monastic y la etiqueta Empresa del Patrimonio Vivo.