LA CASA DE LOS ALGUACILES
¿La casa de los Baillis? Antes, Victor Hugo se gustaba de evocar en poesía la entrada fastuosa de este antiguo edificio… A partir de 1560, la casa situada al pie de las murallas no es más que el castillo especial de Cécile de Suecia, legítima esposa del Margrave de Bade. Poco después de la muerte de Gérard de Rodemack (despojada de sus derechos de señor y expulsado de su fief), la familia de los Margraves de Bade se convierte en propietaria del lugar. Sede del poder familiar, la residencia toma el nombre de los Baillis. Más tarde, en 1982, el porche majestuoso se cruzó por otra mujer, cuyo nombre por sí solo evoca la gracia: Graciosa del Vecchio. Diplomada de la prestigiosa escuela Boule en París, lleva casi 20 años con su marido George, el oficiador de decorador. Juntos, la pareja de artista procedente del valle de la Fensch, añadió a este lugar de sueño, un taller artesanal y una galería de arte. Entonces, el éxito es floreciente, y los pedidos numerosos afluyen más allá de las fronteras… hasta Arabia Saudí. Hoy en día, el encanto de este lugar cargado de historia no está menos roto, ya que es la sede de un restaurante muy lujoso donde los comensales se reúnen con tranquilidad, en una atmósfera goticomedieval-medieval, romántica.