LAS ROCAS
La leyenda quiere que en una época lejana, en la que San Mihiel se llamaba Godinecourt, siete hadas deslumbren la ciudad bajo las aguas, precipitando en el río siete enormes rocas de carreras vecinas. El príncipe Saint-Michel, que pasa a la cabeza de sus milicias celestiales, rechaza las siete hadas, que abandonan en la orilla las rocas que hoy se pueden admirar. Por reconocimiento, los habitantes dieron a la aldea el nombre de Saint Michel, que se convirtió en deformación de San Mihiel. Las "Damas de Mosa", siete grandes bloques de piedra cocida de veinte metros, dominan la ciudad. La primera roca del calvario se ha instalado de una cueva en el siglo XVIII para recibir a un Cristo en la Tumba esculpida por Mangeot. Las rocas están en las armas de la ciudad y son el orgullo de los sammielenses, cuya divisa es "donec moveantura", que significa "hasta que se muevan". Es un bonito lugar de paseo, con vistas al valle del Mosa. También es un lugar excepcional en Mosa para practicar escalada.