Guía de viaje Longuyon

A las puertas de la "Lorena de Hierro", el País de Longuyon presenta un relieve de meseta cortado en gran parte por ríos de pintoresco curso. Longuyon, del bajo latín long guada, significa el gran vado. Situada en la confluencia de los ríos Crusnes y Chiers, esta pequeña ciudad es el centro del Pays Haut, cerca de las fronteras con Bélgica y Luxemburgo. Antaño estaba protegida por el castillo de Mussy, del que quedan algunos restos enterrados: las ruinas de la torre del homenaje cuadrada y sus baluartes desmantelados por orden del rey Luis XIV en 1670. La ciudad recibió la Croix de Guerre y la Légion d'Honneur por su conducta heroica durante la guerra de 1914-1918. Salvada de las transformaciones del mundo rural y de la industrialización de los años 1880-1910, la zona de Longuyonnais se parece más a la Gaume belga y a los cantones vecinos del Mosa, en cuyo centro se encuentra. Junto con Longwy y Briey, Longuyon forma el famoso "triángulo de fuego", cuyos altos hornos permitieron el florecimiento de la industria siderúrgica y dejaron una huella duradera en la zona. Durante su visita, no puede perderse el Tótem, símbolo pacífico de Canadá, erigido tras la salida de las tropas canadienses estacionadas en la región desde 1954. Tómese el tiempo de admirar la iglesia románico-gótica de Sainte-Agathe, que domina los valles de Chiers y Crusnes, con vistas al barrio de Mazelle. Construida en el emplazamiento de una antigua capilla del siglo VII, cuenta con una torre, el vestigio más antiguo de la ciudad de Longuyon