Restaurante que ofrece recetas sencillas y sabrosas con raciones generosas.
El bistró es una institución local que combina bien la tradición respetada. Circuito corto para los productos procedentes de los puestos vecinos de los anales. Podemos alegrarnos de encontrar en el menú la fresa de cerdo gritorche o el pie de ternera marengo que prácticamente desaparecieron del paisaje de los restaurantes limoulitos. La blanqueada de ternera a la antigua es de verdad a la antigua con su carne apta para desear. Pruebe la raya de mantequilla o las vieiras. Las pequeñas patatas de patatas de patatas sencillas y frescas, que han llegado en los últimos años, se completen con un placer. Recetas simples y sabrosas, porciones generosas, servicio dinámico, muy eficaz y sonriente, lo que no es nada porque el lugar está concurrido y a menudo lleno. En este ambiente bistró, se come sin ningún tipo de grandes tapices lo que favorece los encuentros. El sótano, reducido a lo esencial, a veces le gusta la caparazón casera. Los postres son sin sorpresa pero no vienen del supermercado y a veces permiten redescubrir auténticos redescubrimientos. La crema caramelo es un must, pero la isla flotante, baba o uno de los excelentes helados de Robet Couderc, el glaciar de la Plaza d'Aisne cortará las papilas.
Opiniones de los miembros sobre LE BISTROT D'OLIVIER
Ce que j'ai moins aimé c'est le concept de table partagée et la fâcheuse tendance a crier d'un des serveurs pour communiquer avec la cuisine.
bon rapport qualité /prix.
DOMMAGE