DOMAINE DE L'ENCANTADE
Laure y Antonin llegaron en medio de la garriga entre Montalba y Trevillach hace 10 años. Es en este lugar salvaje, a medio camino entre el mar y las montañas, que decidieron desplegar su energía echando raíces en un proyecto de policultivo que respeta la tierra: la biodinámica y la vinificación sin insumos químicos. Hoy en día, Antoine toma el relevo y se impregna de la misma filosofía para integrar la vid en un ecosistema, una intervención mínima para que la vida permanezca en su vino: "el vino que bebes es la traducción de las energías cósmicas (sol y luna) y de la mineralidad de la tierra (granito)", explica este joven que conduce su viñedo como un pastor de sus ovejas. "Cuando el vino se extravía, lo traigo de vuelta". ¡Un vino natural, un vino vivo, pero un vino dominado! En la bodega, descubrimos néctares un poco salvajes, típicos y realmente llenos de vida. Las primeras cosechas ya son muy prometedoras. El amor de Antoine por la Tierra y la Belleza puede leerse en sus labios y en sus ojos. Deje que le guíe en un paseo por el corazón de la finca, descubriendo los almendros y los olivos, su huerto y sus viñedos... ¡momentos inolvidables!