LAS COLINAS DE LA MOURE

Este hermoso macizo ofrece vastas extensiones llanas y salvajes, a modo de causse. Aquí y allá, los puechs animan el paisaje. La vegetación, casi siempre seca y árida, despliega grandes extensiones de césped perfumado con tomillo y enebro. Esta travesía es también la ocasión de admirar lo que queda de una época agraria ya superada. Las ruinas de apriscos, muros de piedra seca, capiteles e imponentes casas de labranza dan fe de ello. En la cima, podrá disfrutar de una vista panorámica de Sète y del Etang de Thau.