Cocina clásica al ritmo de las estaciones en un hotel de Saint-Palais.
Aquí también se rompe todo y se repite… o casi. En cualquier caso, grandes trabajos iniciados por los niños que, al retomar la empresa familiar, decidieron dar una segunda vida a la bella casa. Mobiliario contemporáneo, paredes de color blanco, mesas negras, vajilla y cubiertos de diseño, toallas uatadas en tonos beige y blanco… y una cocina, por lo demás clásica, que canta una y otra vez el País Vasco, al ritmo de las temporadas, las de la palombe, el cerdo, el cordero con también algunos ineludibles, el ritmo de las estaciones, las de la palombe, el cerdo, el cordero y la lúcido. zienne. En el lado del hotel hay un entorno elegante, moqueta roja, cabeceras de cama y mobiliario contemporáneo, una selección de colores también en el aire, tejidos topos, cassis, ciruela… con un cuadro sobre la cama. Una evolución a seguir.