LE BISTROT DE L'HORLOGE
Un lugar que tiene un encanto loco, una terraza situada en uno de los cruces peatonales del Ecusson más frecuentados durante el día, Le Bistrot del Horloge no tiene a nadie a quien envidiar. Un bistró con un alma de glaciar, donde se puede tomar el té, aunque la selección no es tan sorprendente como algunos otros salones de tés pasados. ¿Los mejores momentos? A mediodía para una pequeña comida rápida sin sorpresa: pasteles del día-ensaladas o ensaladas completas alrededor de 6 euros, sándwiches calientes y fríos (4 euros) y postres helados, ya que es la especialidad de la casa. Los helados son buenos pero no artesanales (de 3,80 a 7 euros). Durante el día, a la sombra del famoso reloj, el tiempo transcurre tranquilamente, es hora de probar, de refrescos, de zumos de fruta fresca primidos, chocolate vienés, pasteles, crepes o banana split. Luego llega la hora del aperitivo, zumos naturales, cervezas de abadía, vinos de países con vidrio. Un buen bistró que aleja el tiempo distendido del día, donde los niños no se aburren: la fuente del suelo las intrigará siempre.