A LA TCHATCHE
¡Cuidado, no se entra por casualidad al señor Bertrand! Aquí es el maestro de ceremonias. Con su colega, están detrás del mostrador y han respondido. Oídos sensibles se abstienen… Más en serio, el inenarrable Bertrand te hará probar sus vinos y más afinidad, es decir, si te conoces como mínimo. A partir de ahí, la conversación se compromete. Y los vasos se encadenan… Es también la chatenga, un saber beber el divino bretrabajo, al mismo tiempo que se interesa por la historia local, las de los pequeños productores, por ejemplo, planteando preguntas pertinentes sobre las costeras de Nimes. Ahí están ustedes puntos. Si, además, lo conoces en las costas del ródano, merlot del languedoc o corrojas…¡estás en el lugar correcto! Podrás continuar su vinoralye hasta España. ¡Consumir con moderación! El Consejo, un buen plato de tapas, no te hará daño.