Como en casa, pero mejor, es la fórmula de este restaurante que se encuentra en una sala sobria y elegante, longitudinal, rodeada de un muro de pizarra y piedras vista. Un bonito espacio donde se aprecia la cocina cárnica, bien tapada del Mediodía, Suroeste, Mediterráneo: foie gras de pato entero mitad-cuit casera, rebosante de mercado (a los higos, aceitunas, coñac…) cassoulet toulouse sano, gratin de macarronis con foie gras fresco, costa de toro asado (350 g), plato de gambas y Vieiras poesí con azafrán, toats de manga y chalotes confitados. Fórmulas copiosas que cambian cada dos meses. El hotel ofrece vinos regionales a precios razonables. A dos pasos de la plaza de toros, esta casa merece ir a comer en la ciudad. Bonita sala abovedada en el sótano para las comidas de grupo.