DANIEL LOPEZ
Antes de ser peluquería, Daniel López es un gran viajero, su par de tijeras en la mano. El peinado y el viaje están bien equipados pero, como hay que hacer en alguna parte, su salón en Nimes a dos pasos de la Maison Cuadrada, es más bien un puerto de estiba. Muchas tarjetas postales de todo el mundo, comunicadas por sus clientes (e) s, cubren las paredes de este salón atípico y alimentan los sueños de fuga. Recortes asimétricos, degradados, sabios o modernos, Dany, para los íntimos, aconseja y adapta los deseos de la persona. Visagista, por tanto, preocupado por la salud capilar de sus clientes, observa y realiza sus tintes y reformas permanentes que después de un examen minucioso del pelo. Este enamorado de la naturaleza privilegia los colores a los pigmentos vegetales. La clientela, numerosa y fiel, demuestra gustosamente la profesionalidad de su trabajo.