Claude Lambert es un gran profesional para el que la cocina clásica no tiene secretos. La mina gastronómica y el ojo malicioso, siempre inspirado, lo sabe ser sencillo. Los platos que prepara están en función de las estaciones, en cuanto a su carta bistró cambia cada semana. Sus productos nobles son plebiscizados por una clientela de hombres de negocios y de particulares y grandes mesas, acompañados de vinos seleccionados a precio dulce. Haz una fiesta con platos primaverales que tienen un aspecto de fuegos artificiales como el bacalao y su salsa de naranja y sus variaciones alrededor de la trufa de mediados de enero a finales de febrero. En verano, se puede competir entre la terraza florida y el interior, ambiente albergado con tonos grises asociados con vinícolas. El personal es el cuidado, la relación calidad-precio casi milagrosa. En resumen, se recibe bien y es muy bueno.
Cuisine top et terrasse magnifique