CHEZ PIERRE
La sala es acogedora y refinada con su madera clara y sus lámparas de araña que evocan los años 1930. La cocina también. Las sugerencias de la pizarra son impresionantes a leer y famosas. Empezamos por ver los postres, deliciosamente variados, por lo que se ha llegado al punto muerto de las entradas que proponen comenzar con una ensalada o con una cinta. Entre el carpaccio de buey marinado y los calabacines rellenos, se ha decidido instantáneamente la caballa asada, con salsa bearnesa y patatas asadas. Una red mullida, bien apretada y no demasiado alta… Nos encantó. Por el lado de los bocados azucarados, se ha probado por el clafoutis a las ciruelas pasas, el pan perdido con frutos rojos y los perfiles de chocolate… En esta variedad de golosinas caseras, se eligió la Charlotte de las frambuesas, presentada en una verrina generosa y delicada. ¡Seguro que volveremos sin demora!
privilegiez les crepes qui y sont delicieuses et faites minute !